Ángelus

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En la ciudad de Cartagena, tierra de contrastes, en la que las olas del mar golpean las murallas y las estructuras injustas menguan la vida de los más pobres, la voz del Papa resonó con fuerza a las 12:00 del día.

Miles de personas se reunieron a las afueras de la tradicional Iglesia de San Pedro Claver.  Desde allí el eco del Angelus alcanzó al mundo entero. De manera sencilla y con la profundidad que lo caracteriza el Papa, recordó dos historias: la de la Virgen de Chiquinquirá y la de San Pedro Claver.  

Historias que hablan de una opción decidida y total por los más pobres, por aquellos a quienes la sociedad y el sistema les niegan toda esperanza.  En la Virgen de Chiquinquirá los más pobres siempre han encontrado la madre que abriga, consuela y dignifica y en San Pedro Claver, al defensor de los derechos de los más vulnerados de la sociedad: los esclavos.

Con firmeza el Papa expreso: “Todavía hoy, en Colombia y en el mundo, millones de personas son vendidas como esclavos, o bien mendigan un poco de humanidad, un momento de ternura, se hacen a la mar o emprenden el camino porque lo han perdido todo, empezando por su dignidad y por sus propios derechos”, insistió en su discurso antes de la oración en silencio.

Con radicalidad evangélica expresó “Son los pobres, los humildes, los que contemplan la presencia de Dios, a quienes se revela el misterio del amor de Dios con mayor nitidez”.

Insistió que el amor de Dios se hace concreto, se hace cotidiano y manifestó que los gestos reales de compromiso y servicio, evidencian la calidad del amor.  Invitó a poner la mirada en aquellos que trabajan por recuperar la dignidad de las personas, quienes curan las heridas o atienden las necesidades básicas de los más pobres.

La voz del Papa, hizo recordar  la necesidad de orar y de trabajar para ayudar a todos los seres humanos a recuperar el esplendor de hijos de Dios.

El Papa oró por todos los países latinoamericanos e hizo especial mención del hermano pueblo venezolano.  Manifestó su cercanía “a los hijos e hijas de esa nación, como también a los que han encontrado en tierra colombiana un lugar de acogida.”

Desde Cartagena, sede de los derechos humanos hizo un llamado, para “que se rechace todo tipo de violencia en la vida política y se encuentre una solución a la grave crisis”.

Desde ese entrañable Claustro el Papa rezo el Angelus y oró en silencio en presencia de San Pedro Claver.

Hna. Liliana Franco Echeverri, ODN

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Revista Vinculum No. 281 de 2022.  <<Amazonía: Nuevos caminos para la Iglesia y para una ecología integral>>
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