La Conferencia de Superiores Mayores Religiosos de Colombia es una organización creada para favorecer la comunión fraterna de los religiosos entre sí...

de ellos con los obispos, con los sacerdotes, con los agentes de pastoral y con todo el pueblo de Dios, a fin de que la unidad de todos los creyentes en Cristo sea signo diáfano y eficaz en la obra de la evangelización.

Podemos decir que los religiosos de Colombia, al asociarnos en la CRC (Conferencia de Religiosos de Colombia), queremos unir esfuerzos para que el Espíritu de comunión y fraternidad, esencial en la Iglesia y fundamental en la Vida Religiosa, se mantenga vivo, crezca y produzca frutos.

Jurídicamente la Conferencia de Religiosos de Colombia es un organismo de derecho pontificio, creado por la Congregación de Religiosos e Institutos Seculares (CRIS), que se rige por sus propios estatutos, aprobados por la Santa Sede.

¿QUÉ SE PROPONE?

En sí misma la Conferencia es exclusivamente un organismo de animación y coordinación. No tiene ningún alcance jurisdiccional, y la eficacia de su acción depende del respaldo y entusiasmo de los Superiores Mayores, y del apoyo y colaboración de los religiosos.

La Santa Sede, al aprobar los estatutos de la CRC, ha dado su beneplácito también a los fines que se propone. Estos son:

• Impulsar la renovación, el dinamismo y la adaptación de la Vida Religiosa, dentro de las orientaciones emanadas de la Santa Sede y de la Conferencia Episcopal de Colombia.
• Estudiar los problemas de interés común, en orden a obtener una colaboración mutua más eficaz, y contribuir a la más cabal consecución del fin de cada Instituto (P.C. 23).
• Fomentar entre los diversos Institutos un empeño cada vez mayor por vivir auténticamente su misión profética en la Iglesia desde el propio carisma, respondiendo a los desafíos que plantea la realidad nacional.
• Procurar una distribución más equitativa de los agentes de evangelización en las diversas regiones de Colombia.
• Cooperar de manera más perfecta y coordinada con la Conferencia Episcopal de Colombia y cada uno de los obispos en el apostolado; y, como organismo de enlace, mantener fructuosas y cordiales las mutuas relaciones entre los obispos y los religiosos (canon 708).
• Organizar y apoyar servicios de formación inicial y permanentes, iniciativas fraternas y proyectos comunes, respetando la identidad de cada Instituto.